miércoles, 27 de julio de 2011

Locuras de la adolescencia #

En esta época llegamos a creer que lo sabemos todo, que somos los más fuertes y los más valientes, que nada y nadie pueden con nosotros y que somos invencibles. Hacemos locuras sin control, dejándonos llevar simplemente por la adrenalina del momento… No tenemos medida y nunca nos parece suficiente, cuanto más hacemos más queremos y así siempre. Y llega un momento en que ya no hay remedio y lo único que queda es estamparse contra la pared, nos tiramos a una piscina vacía y sin flotador y que es lo que nos pasa?, que nos metemos la ostia del siglo. Salimos llenos de moratones y marcas pero aún así, cogemos miramos abajo y PLAF! te tiras de nuevo y gritando BOMBA VA!! Y es que estas incluso más emocionado que al principio, es tan raro y tan tan… DIOS! Yo soy la primera...a pesar de que me meto cada ostiazo que lo flipo en colores, no lo puedo evitar, ya no es solo la adrenalina del momento lo que disfruto. Incluso las marcas del golpe las miro con emoción, las recuerdo con cariño, aunque alguna duela… son cosas que no se pueden cambiar, porque es cuando de verdad se empieza a vivir.


Cuando eres adolescente a pesar de sentir miedo por las cosas, siempre puede más la curiosidad de cómo será, por eso terminas haciendo las mayores locuras que con el tiempo se le llaman errores… Solo cuando eres adolescente ves los errores como trofeos, solo cuando tienes esa edad te dejas llevar por todo. Con el paso del tiempo vas madurando y dándote cuenta de las cosas pero ya es tarde, lo hecho, hecho esta y no se puede cambiar. Es ahí cuando eres madre y tratas de manejar la vida de tus hijos como tus padres intentaron contigo…pero será cuando ellos te digan “Es mi vida, la tengo que disfrutar a mi manera” como tú le decías a tus padres y que le contestarás… “No quiero que comentas los mismos errores que yo cometí”.

“Tus errores son tuyos, aunque vivamos lo mismo, jamás sentiremos igual, ni serán los mismos errores. Además mamá, tú tuviste tus errores, déjame tener mis propios errores, me los merezco”

Te dirá, tal y como tú le dijiste a tu madre…

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